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GRECIA Y LA IGUALDAD DE GÉNEROS
Las elecciones en Grecia, el pasado mes (Enero, 2015), parece que han inaugurado una nueva época en Europa, o al menos eso era lo que se señalaban los principales análisis en las cabeceras de referencia a nivel europeo.
Tsipras contra Merkel, el huracán heleno de la renovación política contra la mujer de acero y el noveno ochomil de la economía, también conocido por algunos como el austercidio. Parecía que la información internacional iba a volver a estar en boga y que los casos de corrupción serían poca cosa en comparación con el combate de boxeo que se iba a librar entre la Troika y el economista cabeza de cartel de Syriza, Varufakis. Nadie preveía, que a modo de unas declaraciones para 'calentar' la batalla, el renovador partido griego se autoinfligiera un puñetazo: Grecia no tiene ninguna ministra.
El debate estaba servido, marginación positiva, frente a igualdad, los que valen o una lista cremallera igualitaria. Difícil dilema para muchos, que aún no entienden por qué las mujeres pueden trabajar o, incluso, que lo que se intenta invertir con la igualdad cuantitativa de mujeres y hombres en puestos de relevancia es una situación injusta, producto de la tradición cultural europea.
No podemos decir que los ministros griegos sean incompetentes, ni siquiera que haya una mujer más válida que ellos para ocupar el puesto. Ellos se merecen como los que más ser los líderes de una Grecia derrotada con alma de fénix. Sin embargo, admitir esto, es admitir que en Grecia las mujeres están minusvaloradas.
Según su Instituto de Estadística, Grecia en su último censo en 2011 tenía una población de 10.816.286 personas residentes, de las cuales el 49, 03% eran hombres. De esta forma podemos decir que en el país heleno la población por sexos está muy igualada y por lo tanto en una sociedad en la que todos gocen de las mismas posibilidades el número de hombre y mujeres que dediquen sus carreras a la política o completen unos estudios superiores debería ser parecido.
Limitando más el registro de la población, supongamos que los votantes griegos son unas personas sumamente críticas y que no permitirán que una persona con estudios básicos les gobierne, no en vano este es el país donde nació la democracia. En el año del 15 M, en Grecia el número de personas con unos estudios superiores a la secundaria era de 115.200 personas, de las cuáles 59.028 eran hombres. Como vemos, el equilibrio entre hombres y mujeres en la población global se reduce y el porcentaje de mujeres ahora es del 49, 8%, no obstante estos resultados no indican una gran desigualdad.
Los datos están expresados en porcentajes respecto a la población del mismo sexo. Eurostat
Se puede decir que en Grecia, tanto los hombres como las mujeres tienen posibilidades de estudiar y superar la educación secundaria. Sin embargo, el problema viene a la hora de la incorporación al mercado laboral. Según el Gender Equality Index, Grecia es uno de los países menos equitativos [enlace recomendado] en lo que al género se refiere y más cuando hablamos de poder. Sin embargo, el grado de preparación de las griegas respecto a sus compatriotas masculinos no indica que debería existir tal marginación.
De esta forma, la decisión de de Syriza de no incluir a ninguna mujer habría que interpretarla teniendo en cuenta que sí existen mujeres con formación suficiente para ejercer los cargos encomendados y en una cantidad similar a la de hombres. En un país equitativo, con estos datos, en las posiciones de poder el número de ministros y ministras sería semejante, no es así en Grecia, por lo que el partido que renovará las política europea, tiene trabajo que hacer y no solo en materia económica.
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