DE LA LUZ DE TUGSTENO Y LA LUZ BLANCA



Las noches son ya tranquilas en los pueblos, las luces de fiestas se han apagado al ritmo que los ayuntamientos hacen los cálculos en sus presupuestos para pagar los sueldos de los operarios encargados de retirarlas. Todo ha vuelto a la modesta y supuesta calma de siempre. Esa en la que los parroquianos discuten por los cuatro goles de Cristiano Ronaldo en el último partido de Liga, para acabar criticando al Gobierno. Conversaciones en las que todos opinan lo mismo, sin reconocerlo, para llegar al único punto común que pueden: Todos podemos llegar a un acuerdo de mínimos.

Y en esta sensación de presunta calma, donde las señoras empiezan a alterarse mientras comparten cotilleos sobre el nieto de la Bernarda a quien se le ha visto muy acaramelado con 'la del americano', es cuando se empieza a apreciar el pueblo en su esplendor. En los paseos en la ribera con el perro y en los pescadores asomados al puente a ver si localizan a la trucha de proporciones épicas, que llevarán a que sea considerada tiburón o, a que algún ecologista ponga el grito en el cielo asegurando que se han introducido lucios, que acabarán con todo el ecosistema y serán los responsables del fin de la fotosíntesis de los pinos.

Cosas de un pueblo de los que nunca quise hablar, pero que, al final, he acabado escribiendo cuando me disponía a comentar un par de cosas sobre la luz de tungsteno y su combinación con la luz blanca, algo que se puede ver en numerosas poblaciones donde solo se han cambiado las farolas de algunos barrios.

La luz de tungsteno se llama de esta forma debido a que este es el elemento periódico del que se compone el filamento de las bombillas que la producen. Aunque a muchos el nombre les diga más bien poco y después de buscar el elemento en la tabla periódica pensarán que esto es mentira ya que no aparece ninguna Tg u otra abreviatura que pueda parecerse en la tabla. Sin embargo, esto es porque al tungsteno también se le conoce como wolframio - 'W' en la tabla periódica, número 74, para el que no se fíe y vuelva buscarlo -.

El wolframio se empezó a utilizar como material para desarrollar los filamentos de las bombillas debido a que se volvía incandescente rápidamente y además la iluminación no se deterioraba con el tiempo. Sin embargo el principal motivo de que se empezara a utilizar wolframio fue la duración que garantizaba este material, pocas cosas hay más duras que el material que se utiliza en las demoliciones de edificios cuando la dinamita es inviable o a la hora de romper un glaciar para que puedan pasar los barcos.


El hombre que descubrió esta sorprendente capacidad para el wolframio fue Coolidge, esto fue en 1908 y lógicamente la tecnología ha avanzado mucho. Uno de los mayores problemas del elemento, desde el principio, además fue que al tener un punto de fusión muy alto con la corriente este material genera más energía en forma de calor que de luz, generando una alta temperatura en la luz. 

Ahora mismo existen otro tipo de materiales que han sustituido al wolframio ya que estos producen una luz de mayor calidad - blanca -, consumen menos energía e incluso tienen una esperanza de vida mayor. De hecho, en este sentido mientras que las bombillas de tungsteno funcionan por la incandescencia, actualmente la iluminación se está desarrollando en dos vías: el led y la inducción electromagnética. De por medio una fase más de lámparas de descarga, que no necesitaban alcanzar altas temperaturas para una incandescencia suficiente (sodio, mercurio y otros alógenos metálicos).

Pese a estos avances, el alumbrado público más común se sigue basando en filamento de tungsteno, algo que se está cambiando progresivamente en las poblaciones españolas al ritmo que se sanean los presupuestos de los ayuntamientos. En este contesto, las luces en la oscuridad, sin la distorsión que pueda producir la afluencia de personas dependiendo del barrio en según qué lugares las luces blancas se entremezclan con las naranjizas del tungsteno, un elemento realmente interesante ya que con su iluminación cambia la percepción de los colores, haciendo que todos adquieran tonos cálidos.



Unknown

Comunicador, periodista, persona, fotógrafo amateur enamorado de las palomitas, la naturaleza y el humor absurdo. Como Loquillo: "Feo, fuerte y formal"

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