ROCA QUEMADA




Cuando no éramos más que roca, ni siquiera éramos. Viajábamos a miles de kilómetros por hora tras una colisión más allá de Marte, el planeta, el Dios nacería millones de años después. Al menos tres, que es cuando sin tener voluntad y menos consciencia, nos precipitábamos desde más allá de la estratosfera gimiendo, o haciendo, lo que sea que las rocas hacen cuando se quejan. La atmósfera como escudo protector de esa tierra, que ni siquiera conocía a Pangea, intentaba repelernos y lo único que hizo fue convertirnos en fuego.

Hace tres mil millones de años, que se dice pronto, los primeros microbios se cocían en el caldo primigenio y ni siquiera una visita de la Enterprise con ganas de salvar formas de vida los hubiera reconocido. Fue en ese momento, en el que, según los expertos y las teorías más comunes actualmente sobre la aparición de la vida en La Tierra, un cometa o un meteorito cayó en sobre Gea aportando los materiales orgánicos necesarios para que la primera ameba se convirtiera en artrópodo y los helechos primigenios, o como sea que quieran llamarse las primera plantas, les diera por conquistar los territorios emergidos y dominados por ríos de lava seca.

Por aquel entonces, en un Sistema Solar mucho más violento, la caída de meteoritos no era extraña, pero como en las buenas historias, en el que nosotros viajábamos ese era especial, nuestra roca superaba en tamaño a aquella que millones de años después acabaría con el reinado de los dinosaurios. Así es tal y como Chuck Norris hace según sus hechos en la Frikipedia, los meteoritos nos dieron la vida, pero también nos la quitaron. Como todas las cosas se trata de una cuestión de 'timing'.



Hasta hace poco, toda esta historia, de cómo caímos del cielo, envueltos en llamas y sin ni siquiera estar vivos para generar vida, era una suposición, una teoría que nunca se pudo demostrar. Sin embargo, tal y como se ha anunciado, puede que se haya descubierto un resto de un meteorito, de apenas 10 centímetros en Suecia que resuelva muchas dudas sobre este periodo tan diáfano de la historia de la vida en nuestro planeta. ¿Y si antes de monos, fuimos una estrella fugaz?

Unknown

Comunicador, periodista, persona, fotógrafo amateur enamorado de las palomitas, la naturaleza y el humor absurdo. Como Loquillo: "Feo, fuerte y formal"

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